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Foto del escritorEdi López

La hija del arcoíris

Actualizado: 24 may 2020

Amazonas. Bongará - (San Carlos)

4. La hija del arcoíris




Ahora solo es un recuerdo, de aquella tarde en la que él la amó. Si cabe el término "amar"

Cada tarde, para ser exacto cuando llueve, todo cambia en la casa de los Llaja, ahí está Shanto escondida en su cuarto, se cubre las orejas pues le aterra el sonido de la lluvia, cada gota rompe la calma que le costó tanto conseguir, dos años de remedios, tratamientos, hierbas, etc. Cuántos curanderos no entraron a esa casa, cuántos no intentaron sanarla, pero fue imposible.

Después de aquel suceso, todos abandonaron la casa, solo quedó Shanto, ella decía que no abandonaría jamás "eso". Lo curioso fue que los ojos de "eso" veían caer la tierra, si la prosopopeya lo permite, podía oírla, es más, quizá sigue esperando, sigue creciendo, ¡sigue vivo!

Todo empezó cuando Zenovia llegó a casa, era una tarde de mayo, casualidad que es el mes de las madres, Ella llegó con la gran noticia, dicen que lo pensó tres semanas antes de contárselo a sus padres, ya que ellos, criados bajo estrictos parámetros del matrimonio jamás concebirían una criatura antes de las nupcias, de alguna forma habría que saberlo , habría que contarlo, ya no pudo soportarlo más, la felicidad y la angustia se mezclaban en la taza de café más amarga y dulce a su vez, esa que no puedes beber, pero tarde o temprano sería evidente ,la decisión estaba tomada y así entró en la casa segura de sí misma , para mala fortuna, Manuel el padre estaba en casa, había llegado temprano de la molienda, habría preferido contárselo primero a su madre ya que ella quizá en algún lejano espacio de su corazón comprendería y podría ayudarle a contárselo a su padre.

Zenovia, invadida por el miedo, no tuvo mejor idea que buscar a su prima, confidente, amiga, era menor por cuatro años así que siempre fue como la hermana que nunca tuvo y por la diferencia de edades pues le enseñaba lo que debía saber de los jóvenes de San Carlos.

-Donde estabas Zenovia tu padre está furioso, te estuvo buscando desde la mañana

-le dijo su prima

-Sabes, es que conversé con él y me dijo que se cazará conmigo, este regalo unirá a las familias, estoy decidida se lo contaré - respondió Zenovia

Ya deben imaginar cómo amaneció la espalda de Zenovia después del duro castigo, aquel dolor era insignificante comparado al dolor del rechazo, quizá sí tenía razón, quizá ese regalo divino sí uniría ambas familias que, por cierto, no tenían nada de amigables, pese a ser devotas acérrimas del mismo Santo.

Siete meses después la barriguita parecía lista para dar inicio a lo terrorífico que estaba por venir, dicen que los sietemesinos nacen con un talento oculto, ya que no estaban predestinados a nacer aún y Dios les otorga un regalo en recompensa a su pronto nacimiento.

Todos olvidaron aquel suceso , aquellas penurias que pasó Zenovia y efectivamente el tiempo le dio la razón, las familias hasta brindaban juntas por el nacimiento de la criatura , cabe resaltar que lo más grave en una discusión, sería elegir el nombre del bebé , Zenovia logró cambiar el rumbo de ambas familias lo que despertó la curiosidad de su íntima, de la niña que siempre la vio con ojos de hermana, admirándola, ella no podía quedarse atrás y si su prima lo logró, ella también podría hacerlo, ¿si les dije que su prima se llama Shanto?,¿verdad?

Una tarde de molienda Shanto acompañó a su prima llevando el fiambre para los obreros de la faena pues la fiesta del niño Jesús de Praga estaba por empezar y todos los preparativos debían hacerse correctamente.

-Prima, quédate en la molienda, por tu estado no podrás llegar a tiempo y retrasarás la cena-dijo Shanto.

Y se despidió de todos rumbo a la molienda, ahí empezó todo, pues iba pensando y deseando gozar por un minuto la felicidad de tener un hijo, así como su prima, ella podía también ser feliz, mientras iba pensando, también lo susurraba, la boca tiene poder y cuidado con lo que pides, a veces no llega como esperas.



Era de tarde, y empezaba a garuar, cada vez más intenso, más fuerte, casi ni podía avanzar, de pronto una calma extraña se apoderó del lugar y frente a ella el arcoíris, podía verlo, emergía del lago frete a ella, dicen también que al pie del arcoíris hay un tesoro oculto un regalo, oro. No aguantó las ganar de correr hasta este lugar, cuando llegó no fue lo que se espera del arcoíris.

No se veía el nacimiento de este fenómeno, solo podía ver una bolsa gigante llena de luces que no mantenían las líneas como aparecen en los dibujos, eran luces multicolores y todas parecían tener vida, el terror se impregnó en su piel y por más que la joven corría y corría no pudo escapar, cuando menos lo pensó estaba envuelta en este globo, se arrojó al pasto e intentó cubrirse la cara y solo dejar que su cuerpo sea usado cual marioneta volando sin poder recordar nada.

Luego de caer casi muerta, sus vestimentas rotas por la sacudida, caminó de regreso a casa desmayándose más de cuatro veces en el sendero. logró llegar y durmió por dos días.

A la mañana siguiente por más que buscaban respuesta al acontecimiento no pudieron sacarle la verdad de la boca, ella no habló con nadie por tres meses hasta que empezó las náuseas, vómitos, su prima Zenovia ya ni podía escucharla, así, sola y desamparada llevó su gestación, la familia le dio la espalda porque nadie conocía al padre, porque esa criatura traería desgracia, si la madre no es normal como se espera la llegada de su cría.

Al séptimo mes, los dolores eran intensos, insoportables, una partera de la zona enterada dio asistencia a la hoy recordada Shanto, casi obligada a venir ya que meses atrás cerca los cuatro meses el bebé ya pateaba y eso no era nada normal, se corría el rumor que había sido profanada por el mismo demonio, así que era lógico pensar que no quería atenderla, pero la deuda que tenía con los Llaja la obligaba a devolver el favor.

Cuando la partera metió la mano para tantear la zona de la cabeza, todo le resbalaba, no había punto fijo de dónde coger para extraer a la criatura, solo se sentía una masa gelatinosa, cuatro horas después por fin se pudo extraer a la cría, cuando estuvo entre los brazos de la partera solo se podía visualizar una masa de carne gelatinosa caliente, cuentan que tenía un ojo solamente el cual lloraba y miraba fijamente a la madre.

lo último que escuché y que me contó mi abuela es que enterraron a la criatura a los pies del naranjo y es ahí donde siempre está sentada Shanto, hoy ya nadie vive allí, algún forastero puede divisar a lo lejos una casa a abandonada en la cual, una vieja llora y canta bajo los pies del naranjo siempre que no llueva...

Amazonas - (Bongará)





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